miércoles, 1 de mayo de 2013

Descubrimiento de una Protista Gigante

  El biólogo Mikhail Matz, de la Universidad de Texas en Austin, y sus colegas, descubrieron recientemente una protistas del tamaño de una uva, y sus complicadas huellas en el fondo marino cerca de las Bahamas. Es la primera vez que se ha sabido que un organismo unicelular hace tales marcas, propias de un animal.

El hallazgo es importante, porque se han encontrado surcos fósiles similares procedentes de la era Precámbrica, tan temprano como hace 1.800 millones de años, que habían sido atribuidos a animales multicelulares de evolución temprana. Huellas como surcos en el fondo del mar, impresas por organismos unicelulares gigantes de las profundidades marinas, podrían conducir a nuevas perspectivas sobre el origen evolutivo de los animales. 
Ahora, el nuevo descubrimiento demuestra que los protistas pueden dejar huellas de complejidad comparable y con un perfil muy similar.

Con su hallazgo, Matz y sus colegas argumentan que las huellas fósiles no pueden ser usadas como única prueba de que se estaban desarrollando animales multicelulares durante el Precámbrico, en la preparación de lo que sería la explosión del Cámbrico.

Los investigadores no observaron a los protistas gigantes en acción, aunque suponen que probablemente se desplazan proyectando extensiones a modo de patas, llamadas seudópodos, hacia fuera de sus células, potencialmente en todas direcciones. El seudópodo entonces se afianza en el barro en una dirección, y el resto del organismo se arrastra hacia allá, dejando una pista.


Los sedimentos sobre el fondo marino en su ubicación particular son muy estables, y allí no hay corrientes de agua. Se trata pues de condiciones perfectas para la preservación de las huellas.



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